Lo más importante de toda organización son sus personas, y su felicidad tiene un impacto positivo a nivel personal, en la cultura y productividad. Las personas felices son más creativas, colaborativas, comprometidas y tienen menores índices de estrés.

Sin importar la modalidad de trabajo, sea presencial, híbrida o remota, se considera que las personas activas laboralmente dedican cerca del 70 % de su tiempo en ese ámbito. Por eso, toma cada vez más fuerza el concepto de salario emocional, que no es otra cosa que las acciones que toman las empresas en pro del bienestar y la felicidad de sus colaboradores.

Una reciente encuesta de HubSpot informaba que apenas el 32 % de los colombianos eran completamente felices en su trabajo, y un 8 % era infeliz. Los más recientes resultados del Building Happiness, la encuesta de la plataforma de gestión de personas Buk, que mide la felicidad en el trabajo de tres países (Perú, Colombia y Chile) reveló que, en Colombia, el 88 % de los colaboradores declara ser feliz en el trabajo y, más allá de la remuneración, valoran el sentido de pertenencia y el salario emocional.

Algunas investigaciones revelan que el concepto de felicidad laboral no corresponde a un único aspecto, sino que reúne factores influyentes en el quehacer de las personas como el liderazgo, motivación, clima, satisfacción, y que estos se traducen en alto impacto para las organizaciones en términos de menos ausentismo laboral y rotación de personal, mejora el compromiso, el ambiente laboral, la efectividad y cohesión del equipo.

Otro punto clave es que, para las organizaciones, apostarle a la felicidad en el trabajo tiene beneficios en términos económicos, como una mayor retención de talento, trabajo por cumplir los KPIs, mejores relaciones comerciales, entre otros, cuando las personas se sienten ‘enganchadas’ con la compañía sienten que sus labores tienen mayor valor, reconocimiento, beneficios y eso las hacer ser altamente productivas.

El gran reto es medirla

No sirve de nada adelantar iniciativas o acciones por la felicidad de los colaboradores sin contar con la información que valide que es el camino correcto. Por eso es clave tener estrategias que recopilen la data relevante sobre el estado emocional. Algunas de las más utilizadas son los programas de recompensas que promuevan y reconozcan el esfuerzo y logros de los empleados. Analizar los indicadores de desempeño para identificar aquello que está influyendo en la felicidad de los empleados. Mantener un diálogo constante con los empleados para identificar necesidades, preocupaciones, expectativas, y adelantar encuestas sobre el nivel de felicidad, clima laboral, satisfacción con el trabajo y la empresa.

Un aliado en el camino

Aunque existen múltiples opciones para medir la felicidad en la empresa, incluso desarrollar los mecanismos de manera in house, la recomendación general de quienes trabajan en las áreas de gestión de talento es que la clave parece estar en aliarse con los expertos, esto para aprovechar las experiencias de otras empresas y hacerlo bien desde el primer día.

Una de las más sobresalientes en este momento en el mercado es Building Happiness, una iniciativa de Buk, en línea con su propósito de crear lugares de trabajo más felices, para medir la felicidad de los colaboradores de las organizaciones basándose en cuatro pilares: bienestar, compromiso, valoración y sostenibilidad.

El bienestar explora el equilibrio entre la mente, cuerpo y emoción del colaborador. El compromiso, en términos de la retribución emocional y monetaria percibida por parte de su organización. La valoración mide la conexión del colaborador con el trabajo, su propósito y las oportunidades de crecimiento, y la sostenibilidad para conocer la percepción de los colaboradores del impacto social, medioambiental y económico de la organización.

La medición se realiza mediante una encuesta anual, que es aplicada a todos los colaboradores, y con base en los resultados Buk genera un reporte personalizado, donde no solo se puede analizar cómo está la compañía, sino que se convierte en una herramienta poderosa, pues también entrega un benchmarking y un ranking por país que reconoce a las empresas más felices, lo que da luces de cómo están haciendo las cosas y las oportunidades de mejora continua, algo fundamental.

La encuesta se aloja en el Módulo de Encuestas de la plataforma de Buk, cada colaborador evalúa en una Escala Likert del 1 al 5 un total de 28 afirmaciones. El resultado se mide con el Net Happiness Score (NHS), es decir porcentaje neto de colaboradores felices en la organización.

Hacia un modelo innovador

Este modelo es interesante porque mezcla dos factores clave. Por un lado, se ha demostrado que el primer paso para gestionar la felicidad en las organizaciones es medirla continuamente. Por eso, la medición anual permite tener una ‘fotografía’ actualizada de forma constante, lo que se traduce en la ventana para tomar mejores decisiones a la luz de los datos, según las necesidades y objetivos de la empresa año contra año.

Por otro lado, gestionar la felicidad en el trabajo ya no se ve únicamente como qué tan cómoda está una persona en su cubículo o puesto de trabajo, o en acciones puntuales en algún momento del año que ‘reconozca’ su labor, sino que el bienestar de las personas y su felicidad se debe analizar de manera holística, e incluso teniendo en cuenta hasta qué punto sus objetivos de vida están alineados con los de la compañía. Allí los cuatro pilares que propone Buk dan una línea de las nuevas necesidades y preocupaciones de las personas que se deben medir a la hora de este tipo de análisis.

Apostarle a este tipo de iniciativas, como Building Happiness, no solo es un apoyo concreto a las áreas de Personas, sino que se traduce en beneficios para la organización. Por ejemplo, permite enfocar mejor los planes de acción y reducción de brechas, se genera una comunidad que permite compartir buenas prácticas, experiencias, aprendizajes, se intercambian ideas entre áreas de la compañía, que de otra forma quizás no se comunicarían de forma directa, y hay más productividad. Hacia afuera de la empresa, tener este tipo de mediciones permite posicionarse como una compañía que crea un lugar de trabajo más feliz, y por ende es una marca empleadora más atractiva para atraer y retener al mejor talento.

Cualquier empresa de Chile, Perú y Colombia puede participar de la medición de Building Happiness, y no debe ser cliente de Buk ni contar con el módulo de encuestas contratado; de hecho, más de 650 empresas ya hacen parte de la medición, y la suya puede empezar desde hoy a compartir las buenas prácticas de las empresas más felices de Latinoamérica.

Conozca cómo empezar a medir la felicidad de sus colaboradores aquí: https://building-happiness.org/

Fuente Forbes