Especialista sostiene que pueden encontrar la solución más adecuada para todas las partes involucradas
La intervención temprana de un psicólogo puede marcar la diferencia en la resolución y prevención del bullying.
El bullying sigue siendo una preocupación significativa en las escuelas a escala mundial, y Perú no es la excepción. La necesidad y urgencia de abordarlo de manera integral y con eficiencia puede proteger la salud emocional de niños, niñas y adolescentes.
El director de la carrera de Psicología de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), Carlos Flores Galindo, refiere que, según el Sistema Especializado en Reporte de Casos sobre Violencia Escolar (Siseve) del Ministerio de Educación, hasta octubre del 2023 se registraron casi 13,000 casos de acoso escolar.
En lo que va del año ha habido 237 casos adicionales, la mayoría de los cuales ocurre en la secundaria. “En la medida en que se conoce la gravedad de este problema y su impacto en la salud mental de los escolares, se hace necesaria la presencia de un especialista en las escuelas para enfrentar el bullying”, sostiene.
El psicólogo comparte las siguientes razones para incluir a estos especialistas dentro de las instituciones públicas como privadas:
1. Manejo adecuado del problema
Los psicólogos pueden contribuir estratégicamente capacitando a los docentes para el trato de los estudiantes afectados por el bullying, tanto víctimas como agresores.
La psicología permite establecer estrategias de prevención, mitigación y solución del problema, siendo fundamental para detener su continuación.
2. Visión integral para analizar soluciones
El bullying, al ser una forma de violencia repetida con graves consecuencias, requiere habilidades y conocimientos especializados para abordarlo.
Un psicólogo puede tener una visión sistémica del fenómeno, identificar los factores dañinos y encontrar la solución más adecuada para todas las partes involucradas.
3. Abordaje colaborativo de la problemática
Es crucial resolver el problema del bullying de forma colaborativa, considerando no solo al niño afectado, sino también al agresor y a sus familias.
Los psicólogos necesitan aliarse con las instituciones educativas y las familias para abordar la raíz del problema y prevenir su persistencia.
4. Prevención y manejo efectivo del bullying
La intervención temprana de un psicólogo puede marcar la diferencia en la resolución y prevención del bullying, evitando secuelas a largo plazo en el desarrollo de los estudiantes. Su presencia en las escuelas facilita la detección temprana y la intervención oportuna.
“El país exige la presencia de profesionales preparados para enfrentar problemáticas como el bullying. La Psicología, en sus especialidades clínica, educativa u organizacional, es una carrera cuya aplicación permite abordar situaciones preocupantes con eficacia”, acotó.
Fuente Andina